«Solo se ve lo que se mira y solo se mira lo que se tiene en mente», Alphonse Bertillon, investigador en la identificación de criminales (1853-1914)
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La guillotina y Joseph Ignace Guillotin
Todos asociamos la guillotina a la revolución francesa, pero ¿conocemos en verdad su origen e historia? Aquí la tienes.
El 10 de octubre de 1789 el médico y político francés Joseph Ignace Guillotin presentó a la Asamblea de los Estados Generales una propuesta para establecer la igualdad ante la ley y humanizar las penas.
Hasta entonces, con la finalidad de preservar el control y la obediencia, se aplicaba una justicia basada en el terror ejemplarizante. En este contexto, la pena capital cobraba relevancia, pero el castigo se aplicaba con suma desigualdad. Así, los habituales y bárbaros métodos de ejecución como la horca, la hoguera, la rueda y el desmembramiento, que implicaban altas dosis de tortura y agonía, se dirigían al pueblo llano, mientras que la decapitación con espada o hacha, que era la forma más rápida y limpia de morir, se reservaba a la nobleza.
Las denuncias de los intelectuales de la Ilustración respecto a la tortura, las penas desproporcionadas y la pena de muerte (Voltaire, Beccaria y otros) dejaron huella, de ahí que Guillotin, imbuido por el espíritu igualatorio de la revolución francesa y movido por consideraciones humanitarias, planteó adoptar y perfeccionar un mecanismo de decapitación que ya se utilizaba en otros países europeos, para que fuera aplicado a cualquier reo, con independencia de su origen y a efectos de causarle el mínimo sufrimiento
El doctor Antoine Louís, de la Academia de Cirugía de Francia, fue el encargado de su diseño. Aplicando sus conocimientos anatómicos y quirúrgicos sustituyó la cuchilla horizontal de los artefactos precedentes por otra convexa y oblicua, más efectiva en el corte. Se encargó de su construcción el alemán, fabricante de clavicordios, Tobías Schmidt, y el nuevo modelo fue ensayado con cadáveres humanos y con animales.
Esta máquina de matar, que fue conocida en un principio como la Louisette, terminó siendo bautizada como la Guillotine, denominación que ha permanecido hasta nuestros días.
El primero en estrenarla fue el convicto Nicolás Jacques Pelletier en 1792. Se cuenta que el pueblo quedó decepcionado por la limpieza y rapidez de la ejecución.
Por la guillotina pasaron Luis XVI y María Antonieta en 1793, y el propio Robespierre en 1794. Se estima que durante la época del Terror se cobró más de 20.000 vidas. Uno de los verdugos virtuosos de este instrumento fue Charles Henri Sansón, al que se le atribuyen alrededor de 3.000 decapitaciones, incluida la del rey.
También se abrió un amplio debate en el campo de la medicina en relación a la inmediatez de la muerte. Las contracciones de los músculos de la cara, los movimientos de los párpados y pupilas y los sonidos guturales que se apercibían en las cabezas desprendidas, cuestionaba si tras la decapitación persistía la conciencia durante un breve lapso de tiempo.
En la época de la Revolución las ejecuciones se desarrollaron en diferentes lugares como la plaza de la Grève o del Carrousel o de la Revolución. Con el tiempo, la guillotina se fue trasladando cada vez más cerca de la prisión, hasta quedar ubicada delante de la puerta de la cárcel en 1852. Tras la ejecución pública de Eugene Weidmann en 1939, debido a la resonancia del desdichado espectáculo, se instala definitivamente dentro de la cárcel, oculta al público, hasta la abolición de la pena de muerte en Francia en 1981. El último reo ejecutado por guillotina (1977) fue Hamida Djandoubi, un inmigrante de origen tunecino que había torturado y asesinado a su ex novia.
Se dice que pese a los nobles objetivos de Guillotin, los descendientes del insigne médico solicitaron que se variara el nombre de este sangriento artefacto, pero ante la negativa de las autoridades francesas optaron por cambiarse el apellido.
Ciertamente resulta difícil de asimilar que este terrorífico artilugio deba su nombre a un médico humanista, pero la vida está llena de matices y contradicciones. Ya dijo Victor Hugo en El ultimo día de un condenado, obra que pretendía ser un alegato contra la pena de muerte: “Qué extraño, la mismísima guillotina es un progreso. El señor Guillotin era un filántropo”.
Dr Jekill y Mr Hyde
Comenzamos septiembre con un REGALO, un clásico de la literatura: “El Dr. Jekyll y Mr Hyde” de R. L. Stevenson (1886), una novela corta, gótica, de trama psicológica, en la que se pone de relieve la dualidad entre el bien y el mal que habita en el hombre. http://www.cva.itesm.mx/…/Robert_Louis_Stevenson_-_El_extra…
En el libro (capitulo 5, página 27) hay una referencia a la grafología y cotejo pericial ¿lo sabías? El Sr. Guest, oficial del notario Utterson, entendido en el estudio y análisis de la escritura, compara una nota manuscrita del Dr. Jekyll con una supuesta carta del Sr. Hyde, y concluye que a pesar de la diferente inclinación, la caligrafía es en ambas idéntica…
Feliz lectura!
Abierta la matricula del Máster en Pericia Caligráfica y Documentoscopia: http://peritocaligrafo-documentoscopia.com/
Fuente imagen: https://goo.gl/4D84gS
Cartas Anónimas, Robert Saudek
La Dalia Negra, un caso sin resolver
Un 15 de enero de 1947 apareció, sobre un terreno baldío de Los Ángeles, el cadáver de Elisabeth Short. Su cuerpo estaba seccionado por la cintura en dos piezas. La persona que lo descubrió pensó que se trataba de un maniquí roto. La víctima había sido sádicamente torturada. Tenia grabadas a cuchillo, en la pierna, las iniciales BD (Black Dahlia). Un corte en la comisura de la boca le dibujada una grotesca sonrisa.
Elisabeth tan solo contaba con 22 años. Era una joven de melena azabache y bello rostro de blanca tez. Al parecer había acudido a la meca del cine con la esperanza de convertirse en actriz. Se habló de su liberalidad sexual y su afición al alcohol. Se difundieron rumores y tesis de lo más variopintas. Se recibieron miles de llamadas con espurias informaciones. Hubo falsas autoinculpaciones La policía barajó algunos nombres de sospechosos, pero ninguna línea de investigación prosperó.
También se recibieron varios anónimos del supuesto asesino. En uno aseguraba su entrega, que finalmente no tuvo lugar. Tampoco estos escritos dejaron pista o rastro para la resolución del crimen.
Fuente:
http://escritoconsangre1.blogspot.com.es/2008/01/elizabeth-short-dalia-negra.html
Especialista Universitario en Documentoscopia, UMH
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El lápiz, símbolo de libertad de expresión
El final de Rasputín
Grigori Yefímovich Rasputín (1872-1916)
En la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916, un grupo de aristócratas encabezado por el príncipe Yusupov, dio muerte a Rasputín para terminar con la notable influencia que este monje visionario y carismático ejercía sobre el zar Nicolás II y su familia. Rasputín, de origen campesino y sin formación, para unos místico y sanador, para otros libertino y farsante, se ganó la confianza de la zarina Alejandra al conseguir aliviar la dolencia de su hijo hemofílico, heredero al trono, Alexis Nikolaiévich. Desde entonces, personificó un poder y control sobre la política rusa que algunos súbditos consideraron nocivo, despertando enemigos prestos a su eliminación.
Pero Rasputín no lo puso fácil. El propio Yusupov relató por escrito la increíble resistencia con que el monje encaró a la muerte durante aquella interminable noche. Los conspiradores le invitaron a cenar, no sin antes envenenar las viandas, pero quedaron atónitos al constatar que el cianuro no producía el efecto esperado. La atmósfera se hacía densa e impacientados le descerrajaron varios tiros que no segaron su vida; malherido se levantó del suelo e intentó huir hasta que otra ráfaga de fuego le fue alcanzada. Finalmente, le envolvieron en unas telas y lo arrojaron al helado río Nevá. Más tarde la autopsia revelaría que su cuerpo sobrevivió también a las balas y que, en realidad, murió ahogado.
Se cuenta que poco antes de su asesinato, Rasputín predijo su muerte y la de la familia imperial, y que así se lo hizo saber a la zarina en una carta. «(…) Tengo el presentimiento de que moriré antes del Nuevo Año… Si soy asesinado por los boyardos y los nobles, ninguno de tu familia, ninguno de tus hijos, vivirán por más de dos años… Ellos serán asesinados por el pueblo ruso.. Ya no estoy entre los vivos. Reza, reza, se fuerte, piensa en tu familia (…) Grigori”
Efectivamente, Nicolás II fue el último zar de Rusia. La familia imperial fue ejecutada por los bolcheviques en julio de 1918. Con la muerte del matrimonio, de sus cuatro hijas, Olga, Tatiana, María y Anastasia, y del pequeño zarévich Alexis, finalizó la dinastía Romanov.
Nota. Hay una explicación científica a la inmunidad de Rasputín al veneno. En verdad ingirió pastelitos impregnados de cianuro, pero acompañados de vino dulce que los asesinos le sirvieron repetidamente en su copa para disimular el sabor de la ponzoña, sin saber que de este modo, ellos mismos le facilitaban el antídoto, pues el vino dulce contiene una gran cantidad de glucosa, que es un inhibidor natural de la toxicidad del cianuro.
Evidencias manuscritas en cuatro causas criminales. Revista el perfilador.
He tenido el placer de colaborar con el artículo Evidencias manuscritas en cuatro causas criminales.
Sherlock Holmes’s birthday?
Se baraja que hoy es el cumpleaños de Sherlock Holmes. Al menos así lo han defendido algunos de sus más ilustres seguidores. Happy Birthday, Mr. Holmes!!!
Y si no lo es… siempre es buen momento para recordarle. Su debut literario fue en noviembre de 1887, con la publicación de “Estudio en Escarlata».
http://www.elmundo.es/especiales/2012/cultura/sherlock-holmes/los-hechos.html
http://cityroom.blogs.nytimes.com/2009/01/06/the-curious-case-of-a-birthday-for-sherlock/